¿Tengo que saber dibujar para ser diseñador?
- jorge piazza
- Apr 28, 2020
- 3 min read
Pregunta recurrente en los espacios de interrelación de los diseñadores. Las respuestas suelen ser coincidentes, pero dado lo peligroso de una pregunta que no debería existir, resulta conveniente explayarse con más profundidad en por qué diseño y dibujo son territorios con algunos, pero pocos, puntos de contacto.

El peligro de la pregunta no radica en el interrogante en sí mismo, sino en la confusión subyacente que permite que esa consulta se realice de forma periódica, pese al paso del tiempo y al crecimiento de la profesión. O sea, en lo que posibilita que esa pregunta siga existiendo.
Y la pregunta sugiere una confusión respecto de lo que es el diseño gráfico.
¿Qué es diseño gráfico?
Brindar soluciones a problemas en el ámbito de la comunicación visual.
La definición no debería dejar margen de duda. Y el proceso que debe llevarse a cabo para que este enunciado se cumpla parte de definir el problema.
El gráfico que continúa expone los pasos siguientes, e incluso unos cuantos anteriores.

No es el objetivo de este texto analizar la importancia del proceso previo a salir a diseñar, que todo diseñador o Estudio de diseño debería realizar, pero al menos corresponde mencionar esas tareas, que al fin y al cabo, serán las que determinen lo que luego sucederá.
Si no diseñamos el servicio que vamos a ofrecer, lo cual determina los mercados con los cuales trabajaremos, nunca sabremos cuál es nuestro real cliente, ni cómo salir a buscarlo. Menos aún qué decir una vez que estemos frente a él.
Todo ese tiempo estratégico inicial es determinante para que el proceso que continúa, el de brindar una solución específica a un problema concreto, se realice sobre bases sólidas.
Indudablemente quienes preguntan acerca de la importancia de dibujar, desconocen estas tareas que no requieren saber dibujar, sino de un cerebro hábil y una clara visión comercial.
Proceso total del diseño para el cliente.
Reservo para un segundo texto el explayarme en cada uno de los pasos que componen este proceso, ya que nos aleja del objetivo de este, que es el comprender por qué el diseñador no requiere grandes habilidades en el dibujo.
Y una simple mirada al cuadro nos permite visualizar tres áreas identificadas, donde las tareas son muy específicas.
Por una lado la que refiere a la comprensión del problema y el recabado de toda la información necesaria, que nutrirá al diseño, y sin la cual el diseño no es diseño, sino -como suele decirse irónicamente- un simple “dibujito”.
Una segunda área bien diferenciada corresponde a todo lo concerniente al presupuesto y cobro del trabajo.
La tercera, la cual denominamos diseño propiamente dicho -dejando en claro que un proceso de diseño bien entendido está compuesto por las tres áreas-, es donde por primera vez encontraremos al dibujo como una herramienta necesaria. Pero debemos ponerla en su justo lugar.
No la requerimos para analizar los datos obtenidos ni para realizar las investigaciones necesarias. Tampoco a la hora de presentar las propuestas, ni ajustar los bocetos. De hecho, solo en una de las etapas de este proceso requerimos cierta habilidad para dibujar.
El desarrollo de las propuestas.
Esta etapa, donde se plasma visualmente todo lo analizado previamente, conformando la solución, requiere del dominio de entornos y manejo de las herramientas.
Cabe destacar que no funciona independientemente de todo el resto del proceso. El desarrollo de la propuesta es un proceso limitado incluido en el proceso de diseño, que es mucho más amplio.
Suponer que en este espacio se define el diseño es simplista. Y justamente ese pensamiento responde a una visión errada que luego habilita la pregunta que origina este texto.
La tipografía, el color, la forma, la imagen, son algunos de los ámbitos de dominio del diseñador.
La imagen implica muchos aspectos que se dominan con la ilustración, la fotografía, el retoque fotográfico e incluso la caligrafía.
No es tarea del diseñador ilustrar, fotografiar, retocar imágenes o adquirir dominio en el arte de la caligrafía. Esto no implica que quienes hayan desarrollado alguna de estas capacidades estén malinterpretando el diseño; simplemente es una decisión personal.
El dibujo es la herramienta que debe utilizar el diseñador para plasmar la idea, bocetarla, diagramarla. No es su tarea el dibujar formas o imágenes definitivas, sino el planificarlas para luego poder delegarlas en el profesional indicado, ya sea el ilustrador, fotógrafo o retocador.
Al inicio del texto mencionamos que diseño y dibujo son dos territorios con pocos puntos de contacto.
Ese punto es justamente el poder utilizar el dibujo para graficar la solución, poder presentarla, explicarla y luego delegarla.
El diseñador debe saber planificar, ordenar, metodizar, delegar, controlar, y en todo caso, bosquejar, vale decir, utilizar la herramienta dibujo para hacerse entender.
El punto rojo del cuadro demuestra de manera gráfica la poca incidencia del dibujo en el proceso del diseño.
Desmerecer su incidencia sería un error tan grave como, ignorando los extenso del proceso, darle una importancia mayor a la que tiene.
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