Podrás delegar el diseño, pero nunca la gestión.
- jorge piazza
- Jun 14, 2020
- 2 min read
Estudiaste para diseñar, sin embargo, puede ser que aquello para lo que te capacitaste luego tengas que delegarlo en un empleado o un diseñador externo a tu estructura.
De manera contradictoria, aquello que no te es innato, para lo cual recibiste poca capacitación, y para colmo te resulta ingrato, finalmente será indelegable.

Estudiamos para diseñar, sin embargo lo que definitiva e inevitablemente deberemos hacer es gestionar.
Me estoy refiriendo a aquellos diseñadores que decidan desarrollarse profesionalmente como independientes, ya sea formando estructuras unipersonales o sumando socios y empleados.

Todo es delegable menos la gestión.
Nadie duda de que, aunque de mala manera, el rol de la gestión externa, aquel tiempo que estamos dedicados a tratar con el cliente, se lleva a cabo en cualquier Estudio de diseño.
Por más que busquemos ese socio dispuesto a encargarse del cliente mientras nosotros nos quedamos diseñando (al fin y al cabo, para eso estudiamos, ¿o no?), no suele aparecer; no abundan personas con ese perfil. Motivo por el cual, dado que la gestión externa es una tarea tan importante como indelegable, aunque no de buena gana, recae en nosotros. Eso no quiere decir que realizarlo de manera deficiente no sea un grave error.

Pero más preocupante que el hacer las cosas a desgano es el no hacerlas, y eso es lo que suele suceder con el tiempo estratégico (gestión interna). Ese momento dedicado decidir hacia dónde iremos, con qué estrategias y cómo las llevaremos a cabo. Estamos hablando de un rol que provoca desagrado y de otro que es ignorado; sin embargo de ambos depende la salud comercial de nuestro Estudio.

El trazado de estrategias debería tener un tiempo asignado y respetado y no debería verse alterado por ningún ritmo laboral. Al contrario, el ritmo laboral debería responder a una estrategia previamente diagramada. Sin embargo quienes evidencian no dedicar tiempo a pensar hacia dónde están yendo, lo hacen justificando esa inacción por el exceso de trabajo.
Lo urgente desplazando a lo importante.

Los trabajos siempre suelen ser urgentes, pero es muy distinto vivir una sobresaturación de trabajo alineado a nuestra estrategia a vivir en un caos laboral que no responde a ningún proyecto salvo el trabajar mucho.
De no responder a una estrategia, lo urgente apremiará y por momentos saturará. Y de ceder el ritmo, nuestra actitud será aprovechar ese bache laboral para recuperar fuerzas, por necesidad y porque de pretender utilizar ese momento para pensar en lo importante, por falta de hábito no lo sabremos hacer.
El tiempo estratégico (gestión interna) es lo importante, ya que de él depende la decisión de hacia dónde dirigirnos. El trazar estrategias que respondan a una idea y una misión y visión claras nos obliga a definir dónde estamos y hacia dónde queremos ir.
La gestión interna -lo importante- no debería quedar desplazada por falta de tiempo, ya que crea su propio tiempo a partir de optimizar el mal uso de otros tiempos, evitando conflictos gracias a anticiparse a ellos y brindar soluciones.
Paradójicamente lo dos tiempos indispensables en la vida comercial de un Estudio son aquellos que realizamos a desgano, o incluso no realizamos. Esta realidad responde a la lógica ya mencionada: no tenemos aptitudes innatas, ni tampoco adquiridas para el rol de la gestión.
Deficiencia que pagamos muy caro.
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